domingo, 20 de diciembre de 2009

"Wicker Man", de Neil LaBute


FICHA ARTÍSTICA:

Título original: "The Wicker Man"/ Director:
Neil LaBute / Productores: Nicolas Cage y Avi Lerner/ Guión: Neil LaBute, según el guión de Anthony Shaffer / Fotografía: Paul Sarossy / Música: Angelo Badalamenti / Montaje: Joel Plotch / Diseño de Producción: Philip Barker / Dirección Artística: Michael Diner / Maquillaje: Francesca Von Zimmerman / Efectos Especiales: Jak Osmond / Efectos Visuales: Jordan Markov / Reparto: Nicolas Cage, Ellen Burstyn, Kate Beahan, Frances Conroy, Molly Parker, Leelee Sobieski, Diane Delano, Michael Wiseman, Aaron Eckhart, James Franco. USA, Alemania. 2006. 102'

De vez en cuando sucede que cineastas ciertamente reputados que en un principio parecían muy alejados de un determinado género, en este caso el cine fantástico, recurren a él como forma de extender su creatividad, como manera de ampliar su carrera a otros horizontes, o simplemente producto de un encargo. Un caso bastante reciente que me viene a la mente es el de Lawrence Kasdan y su fallida adaptación de "El cazador de sueños", la no menos mediocre novela de Stephen King.

Aquí es Neil LaBute, que hasta ahora era conocido por abordar historias realistas y bastante duras: "En compañía de hombres", "Amigos y vecinos" o "Persiguiendo a Betty", pese a rozar tangencialmente en una de sus últimas obras, "Posesión" la literatura fantástica, quien aborda, con resultado discreto, su primera incursión en el cine de terror. Y lo hace gracias a este remake, nueva versión de un filme de culto entre los aficionados dirigido en 1973 por Robin Hardy.

Y digo que el resultado es bastante discreto, porque ciertamente no se trata de una obra destinada a perdurar.


El protagonismo absoluto de la obra recae en el personaje que interpreta Nicolas Cage, quien también ejerce de productor, y se inicia con un tono bastante prometedor, en el que LaBute introduce elementos que emparentan dicho tono con el cine europeo. Es fácil reconocer el estilo de Polanski en alguna de las primeras secuencias, en las que se asocia lo dramático con lo azaroso. La ausencia total de música ayuda a producir una cierta sensación de inquietud. Una música que, por cierto, sí aparecerá posteriormente a lo largo de la película, que tenía una gran importancia en el desarrollo del filme original, que en el remake viene firmada por el prestigioso Angelo Badalamenti y que no resulta tan determinante en esta nueva versión.

A partir del momento en que se empieza a desarrollar el nudo argumental, coincidiendo con la llegada del protagonista a la isla donde tendrá lugar casi toda la acción subsiguiente, la película ya discurre por unos derroteros más trillados. LaBute no abusa de los recursos tópicos del género, pero tampoco los rehuye por completo, dando la sensación de no atreverse del todo a firmar un producto con la enjundia que se atisbaba en el inicio, en detrimento de unos parámetros mucho más convencionales.

Cabe destacar, en favor de la propuesta, algunos destellos de originalidad, tanto en el argumento, como en el modo de caracterizar a alguno de los personajes. En ese sentido, me parece un guiño bastante acertado el cambio de sexo del villano de la película, motivado por hacer la isla habitada exclusivamente por mujeres, cambio perpetrado con respecto al original fílmico. Villano que en el original estaba interpretado por Christopher Lee y que en este caso interpreta la estupenda Ellen Burstyn, en su regreso al cine de terror, tras su recordada participación en "El exorcista" de William Friedkin. Y digo que me parece un guiño acertado, porque si por algo se caracterizan las anteriores obras de LaBute es por su innegable misoginia. Un modo de dejar su impronta en el producto, sin desvirtuar la idea principal. Lástima que, aparte de eso, no haya mayor novedad, con una serie de momentos que parecen destinados únicamente a impactar, sin una correspondencia clara con el tono anterior y que incluso parecen fuera de lugar, dentro de la propia historia.


Así pues, como decía, tenemos un filme que apenas se sale de la mediocridad en su tramo central y de mayor extensión. Sin embargo, a partir del momento en que se encara el final, la película cobra nuevos bríos y se vuelve a hacer presente esa fuerza del principio, hasta desembocar en una resolución valiente y que produce cierto regocijo en el espectador.

En resumen, un trabajo irregular, tan sólo apto para quienes sientan curiosidad por ver la aproximación de un cineasta “serio” al género terrorífico. Y también perfectamente válido para cualquier tarde aburrida. O lo que es lo mismo: una película digna, pero irrelevante, que muy probablemente no satisfará a los amantes de la obra original.

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