viernes, 15 de enero de 2010

"Incubus", de John Hough


FICHA ARTÍSTICA:

Título Original: The Incubus/ Dirección: John Hough/ Producción: M. Boyman y J.M. Eckert/ Guión: George Franklin, sobre una novela de Ray Russell/ Fotografía: Albert J. Dunk/ Música: Stanley Myers/ Montaje: George Appleby/ Maquillaje: Katherine Southern/ Efectos especiales: Colin Chilvers/ Intérpretes: John Cassavetes, John Ireland, Kerrie Keane, Helen Hughes, Erin Noble, Duncan McIntosh, Harvey Atkin, Harry Ditson, Mitch Martin, Matt Birman, Beverly Cooper, Brian Young/ Canadá. 1981. Color. 92'

En ocasiones son determinadas caras o presencias las que nos impulsan a ver una película. Incluso siendo del género que más nos gusta. Especialmente si dicho rostro pertenece a una personalidad tan acusada (en el más amplio y mejor de los sentidos) como la de John Cassavetes. Un Cassavetes que, dejando de lado su extraordinaria carrera como director, ya dejó su impronta imborrable en un filme tan mítico e influyente como "La semilla del diablo".

Por otro lado, como presunto atractivo, o punto de interés, en "Incubus" encontramos el nombre de John Hough. Un cineasta no demasiado pródigo ni brillante (todo sea dicho), pero que más o menos siempre ha permanecido fiel al género, siendo su obra más célebre "La leyenda de la Mansión del Infierno".

Así pues, ¿vale la pena sentarse a ver esta película esperando encontrar algo más o menos disfrutable? La respuesta es sí.

Para empezar porque, sin ser nada del otro jueves, sí nos ofrece una historia firmemente asentada en los esquemas del buen terror sobrenatural de los setenta y principios de los ochenta. Cuando el slasher aún no lo ocupaba casi todo y las tramas de índole diabólica todavía eran capaces de cristalizar en algo interesante.


Cassavetes interpreta a un médico viudo que vive con su hija adolescente en una pequeña población en la cual, de improviso, empiezan a sucederse extraños y brutales asesinatos. Al mismo tiempo, un joven (amigo de la chica), es víctima de perturbadoras pesadillas, aparentemente relacionadas con los crímenes. Hechos que irán aumentando en intensidad y virulencia, involucrando a toda una serie de personajes, la mayoría de los cuales (empezando por el propio protagonista) parecen esconder algún secreto.

En primer lugar es de agradecer que tras la trama de asesinatos misteriosos no se nos cuele la habitual explicación racionalista y despojada de artificios esotéricos. Por contra, Hough y el guión de George Franklin (adaptando una novela de Ray Russell, quien a su vez es autor de algunos guiones de la Hammer), en ningún momento abandonan la senda del terror más puro.

Es cierto que la naturaleza artificiosa del misterio acaba contribuyendo a que alguno de los personajes resulte poco creíble y hasta risible, en el empeño por aparentar ser sospechoso de algo.

De todas formas, obvio es, no estamos aquí para disfrutar con personajes magníficamente construidos, sino para pasarlo bien con una narración de terror aceptablemente intrigante, con sus momentos de impacto y que en ningún instante pierde gas. En ese sentido, Hough demuestra un oficio indudable.


El final de la peli podrá resultar más o menos impactante, llamar más o menos la atención, o funcionar mejor o peor a ojos del espectador. Pero el filme tiene la virtud de no supeditar toda su efectividad a dicho desenlace.

De este modo, sin romper esquemas ni poseer la suficiente entidad como para haberse convertido en uno de esos pequeños clásicos de la época, "Incubus" sí tiene todos los ingredientes para erigirse en un plato de gusto para cualquier aficionado a esta clase de propuestas. Funcional como un best seller, pero perfectamente digna. Posiblemente, la segunda mejor película de su director y a lo mejor, una pequeña sorpresa para algunos, porque lo cierto es que no se trata de un título demasiado famoso.

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